Actividades suplementarias para estudiantes con dificultad siguiendo instrucciones orales





Comprender y ejecutar las instrucciones orales del maestro es un requisito esencial para que los niños aprendan en grupos, especialmente cuando poco o ningún apoyo individualizado se le puede facilitar al estudiante.  Los niños con pobre rendimiento académico o con necesidades especiales frecuentemente se confunden y se frustran al tener que seguir instrucciones orales, las cuales muchas veces son impartidas en múltiples pasos, con pasos omitidos o con los pasos fuera de secuencia. En gran medida, esta dificultad siguiendo las instrucciones del maestro explica las dificultades académicas de nuestros estudiantes con necesidades especiales. A nivel cognitivo, para poder seguir las instrucciones orales, los estudiantes deben:

  1. Prestarle atención a los detalles o características de la tarea así como al orden en que se deben ejecutar los pasos.
  2. Distinguir entre lo que es información importante (relevante) y lo que es menos importante o irrelevante.
  3. Integrar la información o formar las partes del todo, resumiendo o sintetizando; esto es, reducir a términos más breves  basado únicamente en lo que es importante.
  4. Organizar o poner la tarea en un orden (puede ser de más importante a menos importante o del primero al último) para entonces ejecutarla o llevarla a cabo.

Para un estudiante con pobre atención, pobres destrezas auditivas o con pobre procesamiento de lenguaje, la destreza de seguir instrucciones orales puede resultar una experiencia abrumadora. Para estos niños, los maestros podemos proveer ayuda extra usando técnicas de apoyo como las siguientes:

Provee variedad
Para aumentar la comprensión del estudiante, presenta tus instrucciones usando múltiples modalidades y maneras. Por ejemplo, verbalmente,  por escrito (dos o tres palabras claves en la pizarra), demostrando los pasos, gesticulando, con láminas o con dibujos.

Cada vez que impartas instrucciones orales, escribe las palabras o frases claves, o una lista de pasos, en la pizarra.

Requiere del estudiante que escriba (al margen de su libreta o en un pedazo de papel) una palabra clave para cada paso. Tú le puedes proveer la palabra clave.

Toda dirección que des oralmente, refuérzala visualmente. Apunta o señala a la sección en el visual (en el libro, la lámina o tabla, en la pantalla de proyección o en la pizarra) donde se muestra la información relevante.

Haz que la estudiante se visualice a sí misma llevando a cabo las instrucciones.

Si la niña tiene dificultad procesando información auditiva y visual simultáneamente o al mismo tiempo, dile que primero mire al visual (a la lámina o la gráfica) y entonces guíala con tu dedo a la parte específica en ese visual donde está aquello de lo que tú estás hablando. Dale a la niña al menos cinco segundos para que observe y estudie el visual, y solo después de esos cinco segundos, imparte una breve explicación oral. Finalmente, instruye a la niña a que vuelva a mirar el visual por unos segundos.

Mantén presente que aunque un estudiante puede ser capaz de repetir tus direcciones textualmente o palabra por palabra, eso no significa que las comprenda, y es posible que tengas que enseñar o demostrar lo que tiene que hacer de manera sistemática o paso-a-paso.

Simplifica la información
Usa oraciones más cortas, incluyendo únicamente la información pertinente.

Para aumentar la comprensión del estudiante, refrasea tus instrucciones. Puedes usar sinónimos o palabras más simples.

Dale un solo paso o una sola instrucción a la vez. Permite que el estudiante complete este paso antes de añadir un nuevo paso o dirección. Por ejemplo, “Saca el libro de matemáticas de tu bulto”. (El estudiante saca el libro). “Ábrelo en la página 157”. (El estudiante abre el libro en la página correspondiente).  “Resuelve los problemas del cuatro al nueve”. (El estudiante empieza a trabajar).

Usa pausas, señales y gestos
Imparte tus instrucciones en segmentos pequeños, una dirección a la vez y con pausas entre las partes.

Usa retraso deliberado; esto es, el estudiante tiene que esperar por tu señal o por una palabra clave antes de llevar a cabo las instrucciones. Pistas o señales pueden ser: “¡Ahora!”, “Empieza” y “¿Listo?".

Usa una señal que tus estudiantes ya conocen para anunciar que vas a dar instrucciones. Por ejemplo, tres palmadas o aplausos en sucesión  o prendiendo y apagando las luces del salón cuatro o cinco veces. No hables hasta que todos los rostros apunten en tu dirección y haya silencio.

Asegúrate de tener la atención del niño antes de darle instrucciones. Puedes llamarlo por su nombre (por ejemplo, “Raymond, necesito que me mires”) o tocarlo suavemente en el hombro.

Provee apoyo auditivo adicional
Anuncia por anticipado que vas a dar instrucciones; por ejemplo, “Todos los ojos y oídos en mi dirección. Ahora voy a explicar lo que vamos a hacer”. De manera similar, decir, “Presten atención, esto es importante”.

Usa tu voz para enfatizar la información importante; por ejemplo, aumentando el volumen de tu voz en los números ordinales (primero, segundo, tercero…), palabras claves o pasos.

Provee preparación repetitiva o redundante; por ejemplo, “Ahora vamos a estudiar las partes del árbol. Vamos a leer las páginas 22 y 23, analizaremos el diagrama en la página 23 y finalmente vamos a completar el ejercicio de pareo al final de la página. Así que, repito, vamos a leer acerca de las partes de un árbol, vamos a estudiar un diagrama y finalizamos completando un pareo”.

Pídele al estudiante que repita en sus propias palabras, o que parafrasee, las direcciones que acaba de escuchar de manera de que puedas clarificar cualquier paso omitido o confuso.

Coloca los pasos en una secuencia
Al terminar de dar tus instrucciones, pregúntale a la estudiante, “¿Cuántas cosas tienes que hacer?”.

Para ayudarla a seguir la secuencia correcta de pasos, usa números ordinales (primero, segundo, tercero), con pausas entre los pasos para que la niña tenga tiempo para procesar la información.

Levanta el primer dedo (primer paso), entonces un segundo dedo (segundo paso), y luego tres dedos (tercer paso) para reforzar la secuencia visualmente.

Haz que el estudiante cuente el número de pasos, te diga cuantos pasos hay y finalmente repita cada paso, levantando un dedo por cada paso a seguir.

Asegúrate de dar tus instrucciones en el mismo orden o secuencia que el estudiante tiene que seguir.

Adiestra a tus estudiantes en el proceso de seguir instrucciones complejas o con pasos múltiples.
Una manera de realzar la habilidad de todos nuestros estudiantes para ejecutar instrucciones sofisticadas y complejas lo es aumentando el número de pasos a los cuales tienen que prestarle atención cada vez. Por ejemplo,
  • Colorea un triángulo.
  • Colorea el triángulo más pequeño.
  • Colorea de color amarillo el primer triángulo.
  • Colorea el triángulo más grande de color verde y con franjas rojas.

Provee adiestramiento en ejecutar instrucciones con múltiples pasos. Empieza con una orden o comando y sigue añadiendo pasos. Por ejemplo:
  • Dale la regla a Amanda.
  • Dale una libreta a Kevin, y a Rogelio, entrégale el sacapuntas.
  • Dale una regla a Angie, una tiza a Carola y luego entrégale la gorra a Félix.

Enseña tus estudiantes en seguir instrucciones que incluyen una condición o de tipo condicional. Por ejemplo:
  • Si la luz está prendida, aplaude cuatro veces.
  • Si 17 más seis es menos de 28, dibuja un cuadrado en tu papel.
  • Si Chile está en Europa, dobla tu papel en cuatro partes iguales.

Adiestra tus estudiantes a que sigan instrucciones que son presentadas con los pasos fuera de orden. Por ejemplo, “Antes de que le entregues la gorra a Félix, coloca la tiza sobre mi escritorio”.
 
 
También te puede interesar…

Enseñándolo para que lo aprendan: 24 principios del aprendizaje que necesitamos conocer ― Para leerlo, haz clic en el enlace: IR AL ARTÍCULO

Diferenciar o adaptar nuestras lecciones para responder a las diversas necesidades académicas de nuestros alumnos resulta más fácil de lo que parece ― Para leerlo, haz clic en este enlace: IR AL ARTÍCULO

Pequeños cambios que hacen una gran diferencia: 50+ prácticas que impactan nuestra manera de enseñar ― Para leerlo, haz clic en el enlace: IR AL ARTÍCULO

Inteligencia intelectual (IQ) versus inteligencia emocional (EQ): ¿Cuál es más importante? — Para leerlo, haz clic en este enlace: IR AL ARTÍCULO

Estrategias para que nuestros estudiantes entiendan ideas o conceptos nuevos — Para leerlo, haz clic en este enlace: IR AL ARTÍCULO

Estrategias suplementarias para estudiantes con dificultad resolviendo problemas verbales — Para leerlo, haz clic en este enlace: IR AL ARTÍCULO

Motivando al desmotivado: Estrategias de motivación para estudiantes apáticos  — Para leerlo, haz clic en este enlace: IR AL ARTÍCULO

 

  

PREPARACIÓN DOCENTE > TEORÍAS Y MÉTODOS > PRÁCTICA Y PLANEACIONES > EVALUACIONES

 

Impresionante banco de preguntas para maestros

 

Tu banco de preguntas

Preguntas, preguntas y más preguntas para planificar y enriquecer nuestras lecciones, desarrollar el pensamiento crítico, evaluar el aprendizaje y retar a los niños

 

La pregunta pedagógica como base del aprendizaje. ~ Toda enseñanza y aprendizaje descansan fundamentalmente en la habilidad del maestro para hacer buenas preguntas. «Tu banco de preguntas» es una potente herramienta pedagógica que depende primariamente del uso de buenas preguntas en el aula para maximizar el aprendizaje de nuestros estudiantes. Nuestras preguntas a los estudiantes tienen el potencial de mejorar su interés y motivación, por ende, fortaleciendo la ejecución académica de los niños. Las buenas preguntas son la clave para más y mejor adquisición de conocimientos, facilitando el aprendizaje a través de discusiones activas entre los estudiantes. Con buenas preguntas, nuestros alumnos se convierten en pensadores, desarrollando importantes competencias académicas como perseverancia, toma de decisiones y creatividad, entre muchas otras. Son nuestras buenas preguntas las que, con paciencia y diligencia, maniobran a los estudiantes a través del importante proceso del aprendizaje activo, en otras palabras, nuestros estudiantes aprenden a ser metacognitivos, «pensando sobre su propio pensamiento» en orden de contestar, y de hacerse, preguntas que los impulsan hacia el aprendizaje permanente. Las buenas preguntas ayudan a estructurar el pensamiento de nuestros estudiantes. Cuando los estudiantes estructuran su pensamiento, un mejor aprendizaje, estable y significativo, ocurre. «Tu banco de preguntas» da al docente la capacidad de elevar su discurso pedagógico a un nivel óptimo, llevando a nuestros estudiantes a pensar de manera crítica y creativa. La buena pregunta estimula a nuestros alumnos a analizar, a resumir, a sintetizar, a aplicar, a evaluar… Nuestras preguntas son ilimitadas, de la misma manera que las cosas que nuestros estudiantes pueden lograr son ilimitadas. ~ Con nuestras preguntas de propósito guiamos a los estudiantes a definir su trabajo o tarea. Nuestras preguntas de información, por su parte, los fuerzan a escudriñar sus fuentes de información, prestándole particular atención a la calidad de esa información. Las preguntas de interpretación, por otro lado, obligan a los estudiantes a examinar cómo están organizando la información, o cómo le están dando significado a la información. Con nuestras preguntas sobre sus opiniones y suposiciones los llevamos a examinar esas cosas que los estudiantes dan por sentado. Las preguntas de implicación los obligan a seguir el curso de su pensamiento para reconocer en qué dirección va su pensamiento. Nuestras preguntas sobre sus puntos de vista conducen a los estudiantes a analizar su perspectiva o punto de vista personal, así como puntos de vista ajenos (de otras personas). Las preguntas de relevancia o importancia ayudan a nuestros estudiantes a discriminar lo que es y lo que no es importante en el tópico. Las preguntas de certeza toman en consideración la ausencia de errores en orden de evaluar y probar la veracidad de la información. Con nuestras preguntas de precisión estimulamos a los estudiantes a dar detalles y a ser específicos. Las preguntas de consistencia los obligan a examinar su pensamiento (y el pensamiento de otros) en busca de contradicciones. Finalmente, nuestras preguntas de lógica conducen a los estudiantes a considerar la manera en que están juntando diferentes ideas, esto es, a considerar la totalidad de su pensamiento para asegurarse de que todo haga sentido. ~ Relevante para todas las áreas de contenido y niveles, este valioso instrumento incluye una extensa colección de preguntas con sobre 3,000 preguntas divididas en más de 80 categorías. Preguntas, preguntas y más preguntas para planificar y enriquecer nuestras lecciones, desarrollar el pensamiento crítico, evaluar el aprendizaje y retar a los niños. Si existe un recurso que todo maestro debe tener en su biblioteca personal para fácil y rápido acceso, «Tu banco de preguntas» es ese recurso.

 

6X9        255 páginas

$9.99 USD/Edición Digital (Kindle)        $21.99 USD Edición Impresa

**Puedes leer este libro gratis en la aplicación Kindle de Amazon**

 

Para una vista previa (Look Inside), haz clic AQUÍ

Para su edición impresa, haz clic AQUÍ

Para su edición digital (Kindle), haz clic AQUÍ

 

 


 

 




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Impresionante banco de preguntas para maestros

Cuando enseñamos estrategias de aprendizaje a nuestros alumnos, los empoderamos

35 preguntas que ayudan a nuestros estudiantes a conectar con el texto que están leyendo