Ideas para que los niños aprendan la forma correcta de escribir las palabras (ortografía)
Etiquetas: vocabulario, ortografía, deletreo de palabras, dictados, ejercicios y actividades, técnicas de estudio, estrategias
Materiales que puedes necesitar para estos ejercicios: lápiz regular, lápices de colores, crayolas, marcadores de colores o magic markers, resma de papel blanco sin líneas o con líneas para niños más pequeños. Los maestros también pueden usar tizas de diferentes colores y paper rotulado. Algunos ejercicios necesitan plasticina/plastilina y arena o granos de arroz blanco (sin cocinar) en una caja. Si se les hace difícil conseguir algún material, simplemente salten a otra actividad. También opcional son las letras magnéticas
Estos ejercicios se pueden adaptar para todas las edades y niveles. A más pequeño el niño, más necesita la asistencia de un adulto. Niños de mayor edad pueden trabajar estos ejercicios de manera independiente. Los maestros podemos enviar esta lista de actividades a los padres, las podemos usar en un centro para trabajar vocabulario nuevo o podemos asignarlas como práctica independiente.
Sugerencias para sacarle el máximo provecho a estos ejercicios
Las claves del éxito son variedad y creatividad, no cantidad.
El tamaño sí importa, a más grande escribimos la palabra, más fácil es para que el niño la recuerde y memorice.
Más práctica, pero en menos tiempo: 15-20 minutos diarios por 4-5 días es suficiente.
Practicar 3-5 palabras diarias. Esto permite que le dediquemos más tiempo a cada palabra.
Para mayor efectividad, hacer cada ejercicio por lo menos dos veces: (a) viendo la palabra y luego (b) sin ver la palabra. Al verla y deletrearla, ayudamos a que el niño «siembre» la palabra en su mente. Al practicarla sin verla, por su parte, el niño tiene que activar su memoria visual para poder sacar la palabra directamente de su mente. Mi recomendación es que practiquemos de ambas maneras (ver/sin ver) cuantas veces el niño lo necesite, eso sí, siempre y cuando el niño lo esté disfrutando. Si notamos que el niño empieza a quejarse o resistirse, eso nos dice que es el momento para cambiar de ejercicio, incluso de terminarlo con un simple, «Seguimos mañana». Lo más adecuado es terminar una práctica en el momento justo (para poder regresar a ella al día siguiente y con mejor ánimo), evitando forzar a un niño cansado o desmotivado. La falta de motivación del niño solo sirve para crear resistencia a largo plazo, afectando nuestro propósito de días mejores en el futuro.
Practicarlas en grupos no mayor de cinco por día (5+5+5…), todas palabras nuevas y al final presentamos y dictamos las 10-15 palabras juntas. De manera alternativa hacemos: (5 y 5) + (5 y 5) + (5 y 5)… Esto es, 5 palabras nuevas con las cinco palabras del día anterior. Repetimos este procedimiento por cada día de práctica. A niños más pequeños o que se les hace más difícil, podemos presentarles las palabras en grupos de tres.
No tenemos que hacer todos los ejercicios, simplemente escogemos los que más nos gusten, mejor aún, dejamos que el niño escoja las actividades que prefiere. Eso sí, hacer por lo menos dos actividades diferentes por práctica.
Los ejercicios
- JUMBO o GRANDOTA. Sobre papel regular (tamaño 8X11), el niño escribe la palabra lo más grande posible.
- Las hormiguitas. El niño escribe la palabra lo más pequeña posible, pero que sea legible o que se pueda leer.
- Escribir la misma palabra cinco veces, pero usando diferentes instrumentos para escribir. Por ejemplo, la primera vez el niño usa crayolas, la segunda vez marcadores de colores, la tercera vez con lápices de colores, la cuarta vez usa lápiz regular y la quinta vez escribe con un bolígrafo. Niños más pequeños pueden escribir la palabra sobre arena o arroz, o pueden «escribir» (formar) cada letra de la palabra con plasticina. El niño pone las letras de la palabra en su orden correcto y lee la palabra rápido.
- Escribir la misma palabra cinco veces, pero de manera diferente. Por ejemplo: la primera vez JUMBO, la segunda vez en hormiguita, la tercera vez arcoíris (un color diferente para cada letra), la cuarta vez con las letras juntas o en cursiva (ejemplo: vagabundo) y la quinta vez con las letras separadas entre sí (ejemplo: vagabundo).
- Brincando la cuica mientras deletrea la palabra, una letra por salto.
- Lanzando una pelota a otra persona o contra la pared, una letra a la vez. La persona que recibe la pelota repite la letra (o la corrige).
- Escribir cada palabra en un plato de papel (una palabra por plato). Ponemos los platos en el piso y creamos un juego de saltos.
- El arcoíris, un color por letra o un color por sílaba. Esta actividad es excelente para niños impulsivos, que escriben todo de una vez y no se detienen a pensar en las letras ni en los sonidos de cada letra. Al pedirle al niño que use un color por letra, lo «desaceleramos», disminuyendo su velocidad. El niño tiene que detenerse en cada letra, que es lo que queremos en primer lugar.
- Descifrando la palabra, por ejemplo, titsocois = solsticio.
- Visualizar la palabra o verla en la mente. El niño pone la palabra sobre 3-5 imágenes mentales diferentes, pronunciándola rápido (palabra completa) cada vez (veo en mi mente-la pronuncio). Por ejemplo, el niño se imagina la palabra sobre la panza de un elefante, en una pantalla de cine, bajando con las aguas de una catarata, tocando la guitarra sobre un arcoíris y acercándose y alejándose con las olas del mar. El niño crea sus propias imágenes mentales y puede añadir tantos detalles a la imagen como quiera (distintos colores y tamaños).
- Susurrando cada letra o cada sílaba; primero viendo la palabra, luego sin verla.
- Trazándola sobre papel o en arena. Luego la escribe en el mismo medio, pero sin verla.
- Usar un color diferente para las vocales.
- Usar un color para las consonantes y otro color para las vocales (por ejemplo, consonantes en azul y vocales en rojo).
- Deletrear la palabra en voz alta, dando una palmada por cada letra.
- La palabra invisible. Viendo la palabra, hacemos que el niño la escriba con crayola blanca, pronunciándola al mismo tiempo en voz alta (letra a letra y luego en forma rápida). Entonces le damos al niño un marcador de colores para que escriba la palabra sobre la ya escrita con crayola blanca. ¡Magia! ¡La palabra invisible apareció!
- El deletreo en el aire o «con el dedito». El niño mira la palabra y la deletrea en el aire con el dedo. Entonces, tapamos la palabra y el niño la vuelve a deletrear en el aire con su dedo, pero sin verla. El niño puede cerrar sus ojos para «ver la palabra en su mente».
- Sobre las líneas o llenando cada blanco con la letra que le corresponde (p. ej. 9 blancos para una palabra con 9 letras, un blanco por letra). Le pedimos al niño que cuente las líneas y decimos: «Si aquí hay 9 líneas, ¿cuántas letras tiene esta palabra?». (Niño: 9). «Muy bien, ahora escribe cada letra de la palabra sobre su línea. Ya sabes que si te sobra una línea es porque saltaste una letra». Este ejercicio es ideal para niños que omiten letras o sílabas en la palabra.
- ¿Cuál letra falta aquí? Escribimos una palabra a la cual le falta una letra. El niño debe identificar la letra que falta. Entonces, el niño «arregla» la palabra y la escribe correctamente. Con palabras más largas, podemos omitir 2-3 letras para que el niño las identifique y complete la palabra.
- ¿Dónde está el error en esta palabra? Este ejercicio es similar al anterior, pero ahora cambiamos una letra por otra para que el niño identifique el error y lo corrija. Entonces, el niño escribe la palabra correcta.
Nota: Las letras magnéticas son ideales para quitar y añadir letras, para reordenar letras y para corregir errores en las palabras. Ahora, si no tienen letras magnéticas, no es necesario volverse locos buscándolas. Bien usados (enseñándole estrategias al niño, reforzando una buena actitud y manteniéndolo motivado), el lápiz y papel regular producen los mismos resultados.
- El niño tiene que escribir la palabra desde atrás hacia delante. Esto lo obliga a pensar en lo que escribe y a escribir más lento. Entonces, el niño lee la palabra desde su principio y en forma rápida. Finalmente, le pedimos que vuelva a escribir la palabra, también desde el principio.
- Pintar en puntos. Con un marcador de colores, el niño dibuja puntos para formar cada letra en la palabra. Luego une cada letra, conectando sus puntos con una línea o trazando la letra sobre sus puntos. Al final lee la palabra en forma rápida.
- El deletreo artístico. El niño escribe la palabra de la manera más elegante, sofisticada o peculiar posible; por ejemplo, coloreando las letras, haciendo un diseño diferente para cada letra, enmarcando la palabra llamativamente, metiéndola dentro de figuras geométricas o decorándola a su gusto.
- Usando cubos LEGO o fichas (chips), cada cubo o ficha representa una letra. Le damos al niño tantos cubitos como letras hay; si la palabra tiene ocho letras, ponemos sobre la mesa ocho cubitos. Apuntamos hacia los cubitos y decimos: «Esta palabra tiene 8 letras. ¿Cuántas letras tiene esta palabra?». (Niño: Ocho). (Seguimos) «Quiero que muevas un cubito hacia el frente por cada letra, al mismo tiempo, tienes que decirme la letra…». Una vez el niño mueve todos los cubitos que representan la palabra y dice cada letra, pronuncia la palabra en forma rápida. Podemos expandir este ejercicio, haciendo preguntas como: « ¿Dónde está la doble ll?», «Apunta a la ñ» o « ¿Dónde ponemos la hache?». El niño apunta al cubo que representa la letra por la cual le preguntamos.
Si la palabra tiene un acento ortográfico (que se escribe sobre la letra), le entregamos un cubo adicional al niño y le decimos, «Aquí está el acento de la palabra. Ponlo sobre la letra que lleva tilde o acento».
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