¡No dejes que se duerman! Innovadoras estrategias para lograr que nuestros estudiantes presten atención
Estudiantes que no escuchan, respuestas superficiales y desinteresadas, trabajo carente de inspiración, y por si fuera poco, hablar entre sí y «textear»; todas estas conductas son síntomas de una enfermedad mayor: nuestros estudiantes no nos están prestando atención. No podemos pretender que este es un problema de fácil solución, porque no lo es, y resolverlo, o al menos mejorarlo, requiere de todo nuestro ingenio y creatividad. A continuación, comparto algunas ideas para empezar a resolver el problema de falta de atención en el aula.
- Evitar la monotonía, enfatizando las palabras o frases que apoyan las ideas importantes y las descripciones necesarias. También debemos asegurarnos de cambiar el nivel y el tono de nuestra voz varias veces durante una misma lección.
- Vigilar la cadencia, o sea, nuestras pausas, nuestras exclamaciones y nuestros silencios, para poder aprovecharlos al máximo. Combinándolos logramos el máximo de expresividad. Y antes de que lo pregunten, la respuesta es «Sí», en nuestros silencios existe un enorme caudal de expresión y de información; no lo desperdiciemos.
- Vigilar nuestro ritmo o la velocidad en que hablamos. Demasiado rápido y los perdemos; demasiado lento y se duermen. Un ritmo justo es ni muy rápido ni muy lento.
- Algunos niños necesitan ser advertidos por anticipación. Una introducción simple similar a: «Lo que voy a decir ahora es importante, presten atención» los ayudará a enfocar en la nueva información.
- Usar los nombres de los niños durante nuestras presentaciones, en particular, ese niño que observamos demasiado callado o aletargado. No tenemos que atraer la atención hacia el estudiante distraído (p. ej. « ¡Despierta Julián!»). Simplemente, y de manera natural, en el momento apropiado mencionamos su nombre.
- Una imagen vale más que 1,000 palabras. Los visuales (algunos ejemplos: fotografías o dibujos, gráficas, tablas y diagramas de Venn) siempre deben ser parte de nuestras presentaciones. La idea es simultáneamente estimular dos sentidos (los oídos y la vista) en lugar de solo los oídos.
- Formular preguntas para indagar sobre sus opiniones y para revisar su comprensión. Nuestras preguntas relativas al tópico NO deben relegarse para el final de nuestra presentación. Lo ideal es intercalar diferentes tipos de preguntas (ejemplos: para conocer sus opiniones, para refrescar datos, para resumir segmentos más pequeños de información, y para hacer inferencias), y a diferentes niveles de dificultad. No existe nada más simple que preguntar por su opinión: todos tenemos opiniones sobre todo.
- Maximizar el poder del humor para conectar con nuestros estudiantes, para relajarlos y para explicarles los dramas de la vida. Los buenos docentes se caracterizan por su buen sentido del humor, y, entre risas, podemos formar con los estudiantes una poderosa alianza para aprender.
- Usar el elemento de sorpresa; por ejemplo, un silbido para pedir atención, cantar una estrofa; nuestra imaginación es el límite. A esto también se le conoce como interrumpir el patrón; en otras palabras, hacemos algo que nuestros estudiantes no esperan. Esto origina una confusión momentánea, ideal para regresar una mente distraída a nuestra lección.
- Usar la técnica del error deliberado. En algún lugar de nuestra lección, cometemos un error; por ejemplo, 6*7 =44. Por adelantado, decimos a los estudiantes que tienen que prestar atención para que puedan encontrar el error. Esparcimos 5-6 «errores» a través de nuestra lección y ¡presto!, ya tenemos una divertida lección-juego.
- De manera similar, al empezar nuestra lección escribimos una inferencia o una conclusión incorrecta en el pizarrón. Los estudiantes tienen que prestar atención para, al final de la lección, arreglar el error.
- Como introducción a nuestra lección escribimos una palabra o una frase en la pizarra, pero de manera revuelta o codificada; por ejemplo: al vilonuoer (la revolución). Al final de la lección, y solo si han prestado atención a la misma, los estudiantes podrán poner en orden el mensaje revuelto. En adición, podemos retarlos pidiéndoles 2-3 detalles al tópico.
- Usar la técnica de la prueba rápida; al iniciar nuestra lección, escribimos tres preguntas que contestaremos durante la misma. Cuando terminamos, en una hoja de papel los estudiantes escriben sus respuestas a las tres preguntas y nos entregan sus contestaciones para puntos extras en la prueba final. Una vez hemos recogido sus respuestas, abrimos una discusión rápida sobre las tres preguntas. Esta actividad de cierre también es excelente para repasar lo aprendido.
- Usar el método 10:2; esto es, dos minutos para procesar la información y para responder a preguntas por cada diez minutos de instrucción. Diez minutos constituye nuestro periodo máximo de atención, así que, siempre es una buena idea segmentar nuestras lecciones en periodos de diez minutos. En otras palabras, debemos usar bloques de acuerdo a la atención, introduciendo cambios cada diez minutos (a un máximo de quince minutos). Los dos minutos para procesar la información se pueden llevar a cabo a través de actividades como: (a) hacer que los estudiantes hagan sus propias preguntas para que el grupo las conteste y (b) permitir que cada estudiante discuta el contenido del segmento con un compañero.
- Usar el método 3-2-1 para resumir; también es útil como una evaluación rápida. Con sus contestaciones, los estudiantes pueden acumular puntos extras para su evaluación final. Funciona así:
3 cosas que aprendieron
2 cosas interesantes
1 pregunta que tienen
- Es imprescindible que, por anticipado, los estudiantes sepan que serán evaluados de esta manera al final de la lección. El papel de rotafolio es ideal para presentar esta y otras estrategias a los estudiantes.
- No nos limitemos a un mismo lugar en el salón, por ejemplo, al frente y en el centro. De manera fluida, seguimos hablando, al mismo tiempo que vamos cambiando de lugar; por ejemplo, hacia la parte de atrás/esquina derecha. Debemos hacer esto varias veces durante la lección, y más importante, hacerlo de manera tal que no interrumpamos el flujo de ideas. Nuestros cambios de lugar obligan a que los estudiantes aletargados o distraídos a su vez cambien de posición, ya sea girando el cuerpo hacia nosotros, o volteando sus ojos. Este simple acto contribuye a despertarlos y regresarlos a la lección.
- Nuestra curiosidad siempre empieza con una promesa: demos una razón a los niños para que nos presten atención. No usen razones sosas; los maestros estamos en guerra contra el aburrimiento de los estudiantes, y yo soy de las que opina que podemos ganar esa batalla siempre y cuando estemos armados de ingenio y creatividad. Un ejemplo de ser creativos es diciendo: «Presten atención para que descubran como una pintura barroca es igual a un videojuego».
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Impresionante banco de preguntas para maestros
Tu banco de preguntas
Preguntas, preguntas y más preguntas para planificar y enriquecer nuestras lecciones, desarrollar el pensamiento crítico, evaluar el aprendizaje y retar a los niños
La pregunta pedagógica como base del aprendizaje. ~ Toda enseñanza y aprendizaje descansan fundamentalmente en la habilidad del maestro para hacer buenas preguntas. «Tu banco de preguntas» es una potente herramienta pedagógica que depende primariamente del uso de buenas preguntas en el aula para maximizar el aprendizaje de nuestros estudiantes. Nuestras preguntas a los estudiantes tienen el potencial de mejorar su interés y motivación, por ende, fortaleciendo la ejecución académica de los niños. Las buenas preguntas son la clave para más y mejor adquisición de conocimientos, facilitando el aprendizaje a través de discusiones activas entre los estudiantes. Con buenas preguntas, nuestros alumnos se convierten en pensadores, desarrollando importantes competencias académicas como perseverancia, toma de decisiones y creatividad, entre muchas otras. Son nuestras buenas preguntas las que, con paciencia y diligencia, maniobran a los estudiantes a través del importante proceso del aprendizaje activo, en otras palabras, nuestros estudiantes aprenden a ser metacognitivos, «pensando sobre su propio pensamiento» en orden de contestar, y de hacerse, preguntas que los impulsan hacia el aprendizaje permanente. Las buenas preguntas ayudan a estructurar el pensamiento de nuestros estudiantes. Cuando los estudiantes estructuran su pensamiento, un mejor aprendizaje, estable y significativo, ocurre. «Tu banco de preguntas» da al docente la capacidad de elevar su discurso pedagógico a un nivel óptimo, llevando a nuestros estudiantes a pensar de manera crítica y creativa. La buena pregunta estimula a nuestros alumnos a analizar, a resumir, a sintetizar, a aplicar, a evaluar… Nuestras preguntas son ilimitadas, de la misma manera que las cosas que nuestros estudiantes pueden lograr son ilimitadas. ~ Con nuestras preguntas de propósito guiamos a los estudiantes a definir su trabajo o tarea. Nuestras preguntas de información, por su parte, los fuerzan a escudriñar sus fuentes de información, prestándole particular atención a la calidad de esa información. Las preguntas de interpretación, por otro lado, obligan a los estudiantes a examinar cómo están organizando la información, o cómo le están dando significado a la información. Con nuestras preguntas sobre sus opiniones y suposiciones los llevamos a examinar esas cosas que los estudiantes dan por sentado. Las preguntas de implicación los obligan a seguir el curso de su pensamiento para reconocer en qué dirección va su pensamiento. Nuestras preguntas sobre sus puntos de vista conducen a los estudiantes a analizar su perspectiva o punto de vista personal, así como puntos de vista ajenos (de otras personas). Las preguntas de relevancia o importancia ayudan a nuestros estudiantes a discriminar lo que es y lo que no es importante en el tópico. Las preguntas de certeza toman en consideración la ausencia de errores en orden de evaluar y probar la veracidad de la información. Con nuestras preguntas de precisión estimulamos a los estudiantes a dar detalles y a ser específicos. Las preguntas de consistencia los obligan a examinar su pensamiento (y el pensamiento de otros) en busca de contradicciones. Finalmente, nuestras preguntas de lógica conducen a los estudiantes a considerar la manera en que están juntando diferentes ideas, esto es, a considerar la totalidad de su pensamiento para asegurarse de que todo haga sentido. ~ Relevante para todas las áreas de contenido y niveles, este valioso instrumento incluye una extensa colección de preguntas con sobre 3,000 preguntas divididas en más de 80 categorías. Preguntas, preguntas y más preguntas para planificar y enriquecer nuestras lecciones, desarrollar el pensamiento crítico, evaluar el aprendizaje y retar a los niños. Si existe un recurso que todo maestro debe tener en su biblioteca personal para fácil y rápido acceso, «Tu banco de preguntas» es ese recurso.
6X9 255 páginas
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